Ha llegado el momento, el cruce de miradas ha sido intenso. Es la chica de tus sueños, es el chico de tus pesadillas y está delante de ti impidiendo que te desenvuelvas como pez en el agua en la discoteca. No sabemos si es por el calor, la intensidad del verano, el aumento de las horas que dura el día… Pero los amores de verano dejan huella. Pasan demasiado rápido, cuando te ves envuelto en uno te quitan el hambre, la sed y, sobretodo, el sueño.
Tema de películas, canciones y corazones rotos, el amor de verano no dejará de aparecer cuando menos te lo esperes. Te traemos ciertas cosas a tener en cuenta para no tener esa espina en el corazón y disfrutar “a tope” este maravilloso momento y quedarte los mejores recuerdos.
- Disfruta siempre. En verano, el objetivo principal es pasarlo bien y experimentar cosas nuevas. Estas relaciones sacan lo mejor de nosotros y, no neguéis, la autoestima aumenta si tenemos a alguien que nos susurra al oído lo bien que nos sienta el biquini o bañador que llevamos.
- Son amores que no piensan en el futuro. Las parejas son felices y fugaces y piensan en el aquí y ahora. No te enfurruñes en saber qué pasará cuando llegue septiembre, igual ha nacido el amor de tu vida y lo arruinas por la inseguridad. Saben de qué se trata y viven la pasión con más intensidad.
- Si tu amor de verano vive en otro pueblo, ciudad, país o incluso continente, puede que se convierta en el enemigo más duro que tengas.
- Estos amores veraniegos se crean en un ambiente en el que el espacio y tiempo hacen de ti una persona diferente. Nuevas reglas en el juego y cosas que no harías en tu contexto de siempre.
Aunque cada persona es un mundo, muchos creen que el amor tiene su base científica, y más en concreto el “amor de verano”. La principal hormona del amor y del deseo sexual, la testosterona aumenta cuando los días se hacen más largos, según han demostrado investigadores como Cindy Hazan, de la Universidad de Cornell en Nueva York y Helen Fisher, de la Universidad de Rugters en Nueva Yersey. La razón principal es que a mayor luz, mayor segregación de hormonas, y no la de que Cupido esté lanzando flechas al “tún tún” aburrido desde lo más alto.
La duración de este romance no es nunca el hilo conductor de la conversación. Como ya decíamos antes, el eje es “el hoy”, el sol, la luna llena, el calor, las fiestas, el mar y toda la diversión que puedan darse mutuamente. Estos amores valen la pena y si duran más allá de las vacaciones entonces tendrán un valor añadido.
Aun así, recuerda que las vacaciones de verano son para divertirse y descansar. Si encuentras a tu media naranja, no dudes en agarrarla fuerte pero siempre cuidando de ti y de tu corazón.
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El Attelier Magazine
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